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martes, 16 de febrero de 2016

El Embrujo de Sevilla no es una creación





Antonio Pozo Indiano

Se ha cumplido ya el primer centenario de la más genuina  y ejemplar de las fiestas  de Andalucía . En 1847 unos buenos regidores de Sevilla , los Sres. Ybarra y Bonaplata , fundaron la hoy famosa Feria de Abril , sucedánea  de la ganadera de Mairena del Alcor , que en las evoluciones  del periodo secular , ha sabido consagrarse  con universal renombre y prestigio . Sería curioso evocar el panorama del naciente festejo , en su marco primitivo de rusticidad , y aún seguir paso a paso  su deliciosa metamorfosis . Porque si bien es cierto  que nadie hubiera pronosticado  entonces  a la Feria una repercusión ecuménica , como expresión suprema del espíritu de Sevilla , ya latente en aquella época la causa honda , que ha contribuido de manera substancial a su gloriosa jerarquía vigente . El embrujo de Sevilla no es creación  que se puntualice  en ningún instante histórico preciso .  Diríamos bien , que Sevilla ha estado siempre embrujada  y como envuelta  en un halo inaprensible  de magia seductora . Cada época pasada nos trae , , en efecto una aportación definitiva  hispalense al acervo universal de lo hispánico o por lo menos un inicio de gestación  de algo extraordinario  que a la postre estalla . concretándose en la decisiva contribución .

La Feria de Abril es el gesto sevillano del siglo XIX , cuando la quiebra de los grandes  ideales de la nación  reclamaba , como mínimo, contra la extranjerización  y el europeísmo , el culto de lo popular  y de lo típico .



Decir que entonces el tipismo  hispalense no engendra un ciclo , deformado  y tergiversado  como se quiera , pero de la influencia mundial de lo hispánico , sería negar los hechos  literarios  y artísticos  que resplandecen  por su clara evidencia.  Pero pese a las detracciones , a las cómicas  hermenéuticas  de nuestro costumbrismo , a las exageradas pinturas de nuestros tipos  y expresiones populares , hay que reconocer que Europa , durante aquellos años , contempla a España  únicamente por la lente sevillana , y sufre en   sus viajeros y escritores la atracción  irresistible  de la Hispalis convertida en ciudad pintoresca . Desde el nacimiento de la Feria  en 1847  hasta la presente centuria , Sevilla , por la fuerza propia  de su gracia  ejemplar y poética , ha sabido rehabilitar  su tipismo  y hoy lo exhibe ante el mundo , en el horizonte  macizo de elegancias y finuras de su ya centenario festejo abrileño . El espíritu esencial   supervive desde entonces a ahora. No propensa  a sucesivos atildamientos , pero ya llevaba inserta en su seno la razón intrínseca  de un éxito perdurable . Y contentémonos con evocar el presente .


 Porque ahora  se ha hecho más perceptible  la gran verdad de que Sevilla , con la exhibición de su vida íntima , representa  el más seductor  y alegre imán  atractivo de simpatía universal  para el prestigio de España .

Crestomatía  Conde Yndiano de Ballabriga




 Galería de Pinturas de :
Francois –Antoine Bossuet








  La gran verdad de que Sevilla , con la exhibición de su vida íntima , representa  el más seductor  y alegre imán  atractivo de simpatía universal  para el prestigio de España .


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