LA LUZ DE BALLABRIGA.

LA LUZ DE  BALLABRIGA.
Antonio; Conde Yndiano de Ballabriga

lunes, 8 de febrero de 2016

La Dignidad de un País




Antonio Pozo Indiano
Estamos viviendo hoy en una sociedad en la que abundan como hongos los eufemismos, los equívocos, las ambigüedades, las verdades a medias y a veces las mentiras.
 Si reflexionamos un poco, caemos en la cuenta que no se trata de hechos esporádicos, sino que es algo que nos envuelve todos los días. Pero hay algunas áreas donde este estilo de relaciones se ha instalado especialmente en el mundo de la política, y lo constatamos diariamente en la prensa de distintas tendencias y en las tertulias de las distintas cadenas de televisión, en Internet y en todas las nuevas redes sociales de comunicación.
 Y otro de los ámbitos en los que más proliferan los eufemismos, los equívocos, las contradicciones y el cinismo en todo aquello que se refiere a las amenazas de la vida humana en su fase de vida incipiente, bajo múltiples formas cada día más sofisticadas y más agresivas.
 Y todo esto ¿para qué?, pues para ocultar la realidad desnuda y dura porque entonces no sería aceptada. Desfigurar y tergiversar la verdad con disimulo o disfraz, enmascarar, camuflar y encubrir la mentira bajo una falsa apariencia de verdad. Se trata en último término de manipular a las personas mediante la manipulación del lenguaje.
Normalmente esto no se hace de manera improvisada, sino todo lo contrario. Se hace con campañas intencionadas con objetivos concretos, bien programadas, bien orquestadas, promovidas y subvencionadas de una manera o de otra. Cada día se va percibiendo con más claridad en nuestra sociedad como un cierto hartazgo de tantas verdades a medias, de tantas ambigüedades, de tanta hipocresía y cinismo y consecuentemente de tanta confusión y desorientación.
 Es necesario y urgente recuperar la dignidad y el valor y la centralidad de la persona humana como primer valor, ya que la persona es el sujeto, el centro y el fin de toda la actividad social. Hoy estamos cayendo en una gran idolatría del dinero, del poder y del placer por encima de todo, a costa de lo que sea y caiga quien caiga.

Tenemos que darnos cuenta que la política, la economía, los partidos políticos etc. deben de estar siempre al servicio del hombre, de todo el hombre y de todos los hombres, sobre todo de los más débiles y desprotegidos y de los más pobres.



Los partidos políticos no son un fin en sí mismos, sino unos medios para servir mejor a la comunidad. Los dirigentes políticos no son los dueños de la finca”. Son elegidos para estar al servicio de la comunidad local, autonómica o nacional. Pero nunca para servirse de sus cargos y convertirse en agencias de colocaciones, distribución de prebendas y privilegios o en beneficio propio, porque esto sería una perversión y una adulteración de su razón de ser: estar al servicio de la comunidad.
 Sobran los políticos carcomidos por el egoísmo, la ambición y la codicia. Sobran los políticos trepadores, arrivistas. Últimamente, entre los que se autodefinen como "nuevos" y "limpios", proliferan los amiguismos, los nepotismos y los “dedazos”.


  Los profesionales del mundo de la comunicación deben de ser los buscadores de la verdad, de toda la verdad y deben de ser los comunicadores, los servidores de la verdad a la ciudadanía. Los ciudadanos tienen derecho a conocer la verdad y los profesionales de la comunicación tienen el deber de servirles la verdad y no las verdades a medias, la verdad sesgada, tergiversada y menos la mentira calculada.
 Eso sería una perversión y adulteración de la propia profesión. Ante tanta confusión y desorientación, tenemos que ir a una renovación urgente, a un cambio profundo, no de sillones o de palabras vacías, sino de actitudes: de dialogo, de encuentro y compromiso, de auténtico compromiso. Y esto no de boquilla, sino con hechos concretos buscando siempre el bien común.     

Publio Escudero Herrero



Los partidos políticos no son un fin en sí mismos, sino unos medios para servir mejor a la comunidad. Los dirigentes políticos no son los dueños de la finca”. Son elegidos para estar al servicio de la comunidad local, autonómica o nacional. Pero nunca para servirse de sus cargos y convertirse en agencias de colocaciones, distribución de prebendas y privilegios o en beneficio propio, porque esto sería una perversión y una adulteración de su razón de ser: estar al servicio de la comunidad. 

1 comentario:

  1. Estoy tan de acuerdo que no puedo añadir nada. Ora bien, apercibo en el mundo y sobre todo en ésta nuestra España querida, que precisamente, se está haciendo lo contrario, y con cierto éxito para por ejemplo las cadenas de Telebasura y editoriales tendenciosas, lavadoras de cerebros...etc.

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