El
problema de los jóvenes no son las pensiones de los mayores
Retorna estos días la polémica sobre las pensiones,
si es justo que suban el 8,5 % como prevé el Gobierno, cuando los salarios no
recuperan la alta inflación que nos castiga en la energía, la cesta diaria o la
vuelta al colegio. Está claro que la preocupación de los asesores financieros,
tertulianos bien pagados por la banca que solo saben dar lustre a los intereses
del IBEX-35, NO es el temor a que los pensionistas dejen de cobrar sus pagas
como consecuencia del “despilfarro” de este Gobierno de coalición.
Su lamento viene dado porque se despeja la imagen de
un sistema público que se quiebra y un Gobierno de coalición que cumple los
acuerdos firmados con los sindicatos mayoritarios. Los pensionistas nos
hemos ganado a lo largo de años de cotizaciones –más de 35– el
derecho vital a tener un retiro con fondos públicos que nos permita vivir con
dignidad. ¿Dónde está el límite de lo que tenemos que percibir
mensualmente? En nuestras cotizaciones pagadas como salario, tanto la parte
empresarial como la del trabajador, pues forma un todo de los costes
laborales de la empresa.
Claro que existen pensiones mínimas
contributivas por debajo del salario mínimo, y se está negociando
para que suban más que las que superan esa cuantía, pero se da la paradoja de
que los que denuncian esto son los primeros que ponen el grito en el cielo
cuando se trata de subir el SMI. Por cierto, ha pasado de los 736 euros de
Rajoy a los 1.000 euros actuales, a pesar de que los agoreros vaticinaban una
catástrofe.
Este país necesita desde hace décadas elevar el gasto
en educación, sanidad, dependencia, pensiones y ayudas sociales como las no
contributivas, pero para ello es necesaria una reforma fiscal en
serio que obligue a los monopolios, medias fortunas y grandes empresas a que
paguen al mismo nivel que lo hacen los trabajadores y pensionistas. Existe
demasiado paraíso fiscal dentro de nuestro país, con algunas comunidades
jugando a ser la “pequeña suiza” para luego abrir la boca
reclamando dinero al Estado.
El problema que tienen los jóvenes no son las
pensiones “altas” de los mayores, pues les ayudan a
sufragar la crisis en sus hogares, sino los sueldos precarios que
pagan los empresarios por debajo del convenio de sector y no estar dispuestos a
actualizar los salarios según el IPC. Sus pensiones estarán aseguradas en
la medida que sus cotizaciones se correspondan con los tiempos que vivimos, con
una economía recalentada por los intereses geoestratégicos de las potencias
militares. La reforma laboral del PP contribuyó a crear una brecha generacional
que dejará huella en sus futuras pensiones si no se continúa apostando por
regular el mercado laboral con nuevas leyes y cambia la actitud de la patronal
en la negociación. Esto es el problema real y no el bulo de que los
jubilados/as les quitan el pan a los jóvenes. ¡Sean ustedes más
rigurosos¡
José María Gómez Claro.
Hemeroteca de Antonio Pozo Indiano
65 y Mas .com
17-10-2022
Antonio Pozo
Saquen sus propias Conclusiones y Opinen.
Esto sucede en España.
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