Conde Yndiano de Ballabriga
Ni todos los que tienen los ojos cerrados están dormidos. Ni todos los que tienen los ojos abiertos pueden ver.
LA LUZ DE BALLABRIGA.
Antonio; Conde Yndiano de Ballabriga
jueves, 11 de diciembre de 2025
miércoles, 10 de diciembre de 2025
miércoles, 26 de marzo de 2025
Úbeda, su
Pasado ,Presente y Futuro.
En su
Basílica de Santa María de los Reales
Alcázares , pude orar ante la imagen de Jesús Nazareno imagen de una gran
devoción .
La nueva imagen de Jesús Nazareno fue realizada en 1940 por el gran
escultor Jacinto Higueras. El escultor de Santisteban del Puerto se inspiró para realizar esta imagen en la
iconografía del Jesús Nazareno destruido en 1936, copiando incluso la posición
de los brazos que luego, a comienzo de los años 50, serían modificados
por Francisco Palma Burgos, en una desafortunada intervención. Imagen de talla
completa en la que destaca el bellísimo rostro de Jesús, uno de los más
conseguidos –por sereno– de la provincia, en el que quedan reflejados toda la
divinidad y toda la humanidad de Cristo. No hay estridencias barrocas en esta imagen de
Jacinto Higueras, concebida según los más clásicos cánones de la imaginería
andaluza.
En 1942 la Cofradía adquirió una Virgen de los Dolores obra de Amadeo Ruiz Olmos. Esta imagen fue sustituida en 1959 por la magnífica
talla de Francisco Palma Burgos, que ha sido devuelta a su esplendor este mismo
año, tras la restauración realizada por Bartolomé
Alvarado Carrasco. La Virgen de
los Dolores, realizada por Palma Burgos en homenaje a su madre, es una de las
más bellas dolorosas de la Semana Santa ubetense.
Entre 1943 y 1945 dos devotos donaron a la Cofradía las imágenes de La
Verónica y San Juan, realizadas por el artista fallero valenciano Vicente
Bellver. La poca calidad de estas imágenes
hizo que no procesionaran durante la década de los sesenta y gran parte de los
setenta, así como que la cofradía intentara cambiarlas por otras en diversas
ocasiones. Finalmente, en 2005 fueron sustituidas por dos espléndidas imágenes
realizadas por el pintor e imaginero local Bartolomé Alvarado Carrasco,
conservando la cofradía en su casa las imágenes antiguas.
La Muy Antigua e Ilustre Cofradía de
Nuestro Padre Jesús Nazareno, llamado de las Aguas, Santísima Virgen de los Dolores, San Juan y la Verónica, de Úbeda, fue
oficialmente fundada el 13 de marzo de 1577, aunque existen indicios
consolidados de que sus orígenes son mucho más remotos. De hecho, recientes
teorías vinculan a la Cofradía con la presencia de los templarios en
la ciudad y con las procesiones de disciplinantes de carácter medieval,
defendiendo el carácter medieval de muchos de los símbolos que aún siguen
estando presentes en la procesión de Jesús
Nazareno el Viernes Santo por la mañana.
Su
capilla te invita a la comunicación con El.
Ha
llegado la hora de que su mensaje lo actualicemos y adaptemos al siglo en que
vivimos sin miedo ni complejos .
Jesús en
su época dijo lo que tenía que decir sin reparos , tenemos que cambiar algunas
actitudes por el bien común de todos.
Libertad
,Respeto, Solidaridad, Dignidad ,Concordia ,Amor , Riqueza,Perdón,Reconciliación,Justicia , Pobreza etc . El
Papa León 13 nos hablo muy claramente , la Iglesia tiene que tener un lenguaje
común a nivel mundial y transmitir el legado de Jesús de Nazaret tal y como Él lo haría ,si viviese en la época que nos ha tocado vivir.
Antonio PoZo Indiano
Marzo del año 2025
sábado, 22 de marzo de 2025
´Úbeda, un Pasado ,Presente y Futuro.
Basílica de Santa María de los Reales Alcázares
, en ella se respira Paz y Serenidad.
Varias hermandades tienen sede en la Basílica
Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la
Caída y María Santísima de la Amargura .Su
primera denominación fue la de “Cofradía del Santo Cristo de la
Caída”. Después se conoció como la “Cofradía de Nuestro
Padre Jesús de la Caída”. Posteriormente se llamó “Cofradía
del Santísimo Cristo de la Caída”. Cuando se incorpora la Virgen se
nombra como “Cofradía del Santísimo Cristo de la Caída y Nuestra Señora
de la Amargura”. Desde el mandato de D. Guillermo Olivas Copado, vuelve
el Cristo a una de sus antiguas denominaciones, decidiéndose la readopción en
la Junta Directiva de 31 de agosto de 1995. En diciembre de 2011, el Obispado de Jaén le concedió el título de Muy
Ilustre por su participación en las JMJ 2011,
por lo que actualmente lleva por título “Muy Ilustre Cofradía de
Nuestro Padre Jesús de la Caída y María Santísima de la Amargura”.
La cofradía de la Caída, dentro de las diecinueve actuales que
en el ámbito pasionista existen en Úbeda ocupa, en
cuanto a antigüedad, el quinto lugar, tras la Soledad, Jesús, La Expiración y
el Santo Entierro. Aunque nacida en el seno de la comunidad religiosa del Carmelo, desde muy
pronto se vinculó a tres títulos nobiliarios: los marquesados de El Donadío, San Juan de Buenavista y La
Rambla. Ello quizás haya contribuido en parte a acentuar una
de las notas que más la caracterizan: su fino talante aristocrático,
manifestado esencialmente en el lujo desbordado y la extrema elegancia. Pasando
por alto la ostentosa belleza de aquellos primitivos varales de cuatro tulipas,
las imágenes de sus Cristos han sido objeto de la admiración de propios y
extraños por su perfecto modelado y la profunda carga ideológica de su
concepción formal. Asimismo, la Virgen goza fama de ser una de las más bellas de
la imaginería ubetense.
Por otro lado, ambos tronos, además de su riqueza, destacan por el original
planteamiento con que han sido ejecutados en cuanto a dibujo y materiales, lo
que les sitúa en un plano distinto al común. Nota curiosa también es que la
Virgen no pertenece a la cofradía, sino a la comunidad de monjas franciscanas
de Santa
Clara, hasta el año 2011 en que fue donada por las monjas
franciscanas de Santa Clara a la cofradía (ante notario), en cuyo convento
permanece prácticamente todo el año.
El año 2011 será recordado como uno de los más importantes en la
Historia de la Cofradía debido a dos hechos que han marcado profundamente a la
misma. El primero de ellos está referido a la participación de la misma en uno
de los actos centrales de la Jornada Mundial de la Juventud 2011 que tuvo
lugar en Madrid entre los días 15 y 21 del mes de agosto. En el solemne vía
crucis presidido por su Santidad Benedicto XVI y
que discurrió por el centro mismo de la Villa, el Jesús Caído de Mariano Benlliure sobre
su trono de nogal venía a erigirse como Sexta Estación bajo el título de "Jesús
cae bajo el peso de la Cruz". Millones de personas en todo el mundo
pudieron contemplar la magnificencia de la talla del maestro valenciano, así
como la austera solemnidad con la que el cortejo que lo acompañaba discurría
por las calles de la capital adentrándose hasta el corazón mismo del Madrid de
los Austrias. Unas semanas después de este evento, las Madres Clarisas
del Real
Monasterio de Santa Clara de Úbeda, propietarias de la
imagen de María Santísima de la Amargura, manifestaban su intención a la
Cofradía de donar la imagen de Juan
Luis Vassallo Parodi, hecho que se produciría mediante la
firma de una escritura notarial que obra en poder de la Hermandad el día 10 de
noviembre de 2011.
La
talla representa la tercera caída de Cristo sobre las rocas. Sin embargo, al
ser contemplada con detalle la anatomía de la imagen, que suele recibir culto
sin vestiduras naturales superpuestas, observamos como el suceso captado no se
refiere al instante inmediato a la caída, sino a un momento posterior, de gran
inestabilidad, en que Jesús, a duras penas, intenta incorporarse del suelo.
Para ello, el Varón extiende a duras penas el brazo derecho hacia delante e
hinca la rodilla izquierda y el pie derecho en el rugoso risco, descargando
sobre ellos todo el esfuerzo.
En
tan sacrificado empeño, ya que Jesús, extenuado, no sólo tiene que elevar el
peso de su propio cuerpo sino también el del madero, procurando no perder el
equilibrio, el Varón no recibe el auxilio de Simón de Cirene, pues efectúa
estación de penitencia en absoluta soledad. La angustia del momento se
intensifica aún más al colocar sobre el hombro izquierdo de Cristo una cruz, en
apariencia muy pesada, de sección cepillada y rectangular.
Pese
a todo ello, el varonil semblante de Jesús, lejos de mostrarse humillado, se
levanta altivo y firme hacia el cielo, clamando fuerzas al Padre para continuar
valientemente su camino hacia el sacrificio. La cabeza se exorna con potencias
de plata dorada. La corona de espinas, superpuesta, ha sido cincelada en el
mismo metal.
La
imagen fue restaurada por el ICROA en 1983. La intervención consistió en una
exhaustiva limpieza de la policromía,
fijación de ensambles con nuevas espigas de madera y eliminación de elementos
metálicos en la talla.
Nuestra
Señora de la Amargura
“Por
el presente documento declaro yo, Juan
Luis Vassallo Parodi, de profesión
Escultor y vecino de Sevilla, que habiéndoles prometido en su día a las
Monjas de Santa
Clara de Úbeda (Jaén) y para su Iglesia, donde siempre se
le rendirá el culto debido, una imagen de la Virgen bajo la advocación de Nuestra
Señora de la Amargura, en el día de la fecha les hago entrega de la misma
a la mencionada Congregación religiosa en concepto de donación. En este
acto de entrega de la imagen de Nuestra Señora, propongo por tratarse de
una obra de carácter procesional, se conceda el derecho para sacarla a perpetuidad
acompañando a su imagen titular Nuestro Padre Jesús de la Caída a
la hermandad instituida en esta ciudad con esa advocación durante los
días de Semana Santa. Lo que se acuerda de conformidad de todas las partes
abajo firmantes. El Presidente actual de dicha hermandad, deseando
que esta nueva imagen quede debidamente instalada en la Iglesia de
Santa Clara, se compromete a llevar a cabo la construcción de un
altar para este fin, ya que las hermanas clarisas prefieren se haga
así en lugar de recibir el donativo en metálico que en principio se
les ofreció. Y para que conste y sirva de resguardo y garantía
tanto para la Congregación como para la Cofradía y firmando su
aceptación las dos instituciones antedichas, lo hago en Úbeda a dos
de abril de mil nocecientos cincuenta y tres. Por las
Hermanas Clarisas, La Madre Superiora, Fdo.: Sor Guadalupe de Jesús
Aragón.- Por la Cofradía de Ntro. Padre Jesús de la Caída, Fdo.:
Juan Pablo Pasquau.- Fdo.: Juan
Luis Vassallo, Escultor.
Como
ya se ha mencionado, la imagen de María Santísima de la Amargura es hoy
propiedad de la Cofradía merced a la donación realizada por las madres clarisas
a la Hermandad el 10 de noviembre de 2011.
Juan Luis Vassallo Parodi (Cádiz; 2 de mayo de 1908-Madrid; 18 de abril de 1986) fue un escultor e imaginero español.
Obras en Úbeda
·
Nuestra Señora de la Amargura (cofradía de
la Caída). Convento de Santa Clara.
·
Santísimo Cristo de la Expiración (cofradía
del mismo nombre). Convento de la Trinidad.
·
Monumento a los Caídos. Plaza del
Ayuntamiento.
·
Monumento a Alfredo Cazabán Laguna.
Corredera de San Fernando.
·
Mausoleo de Antonio Medina. Cementerio de
San Ginés.
·
Retablo de la Sacra Capilla Funeraria de El
Salvador (recuperación y restauración de la obra perdida de Alonso de Berrugue
·
Mariano Benlliure Gil (Valencia, 8 de septiembre de 1862-Madrid, 9 de noviembre de 1947) fue un escultor español, considerado como el último gran maestro
del realismo decimonónico.
jueves, 20 de marzo de 2025
Úbeda un
Pasado ,Presente y Futuro
Visite su
Iglesia de Santa María en ella se respira Paz y Serenidad , es una verdadera
maravilla.
Es
el templo más simbólico de la ciudad. Construido sobre los cimientos de la
mezquita mayor y sobre los restos arqueológicos de antiguas civilizaciones que
también eligieron este lugar para elevar sus plegarias.
La iglesia de Santa María rezuma
historia por sus cuatro costados. El solar donde se asienta ya es un alucinante
campo plagado de hallazgos arqueológicos. Vestigios
del Neolítico, de la Edad del Bronce, de íberos, romanos y visigodos. Un lugar
tan cargado de magnetismo y simbología que hay incluso quien afirma que en él
existió un templo dedicado a la diosa Diana. Lo que sí sabemos con certeza es
que la iglesia de Santa María se alza sobre los cimientos de la antigua
mezquita mayor de Ubbadat al arab,
la Úbeda musulmana. Y lo hizo tras la conquista de la ciudad por Fernando
III el Santo a principios del siglo XIII.
El monarca con fama de virtuoso quiso
consagrar el templo a Santa María y también a Nuestra Señora de la Asunción. Lo
de «Reales Alcázares» hace referencia al lugar donde se ubica el templo:
intramuros de la alcazaba árabe primero y, después, del alcázar cristiano. De
hecho, en principio, no tenía comunicación alguna con el resto de la ciudad.
Tan solo mediante un discreto portillo, abierto en la muralla, que aún se
conserva y por donde, según la tradición, entró triunfante el rey Santo tras su
victoria.
En relación a las capillas, mencionar que en un
principio la Colegiata de Santa María tuvo unas 32 capillas en total, de las
cuales se conservan la mitad. Presidiendo el templo se encuentra la Capilla
Mayor, que está acompañada a ambos lados por las capillas de los Orozco y de
los Sabater. Por su parte, a los pies del templo se localizan la Capilla de la
Yedra, flanqueada por la Capilla Bautismal y la Capilla del Santo Entierro.
Finalmente mencionar las capillas laterales: así, en la nave de la Epístola se encuentran
la Capilla de los Becerra, la Capilla del Cristo Yacente, la Capilla de Santa
Rita, la Capilla de la Merced (sacristía), la Capilla del Cristo de la Caída y
la Capilla del Santo Cristo de Medinaceli; finalmente, en la nave del Evangelio
se encuentran la Capilla de la Virgen de Guadalupe, la Capilla de la Virgen de
Gracia y la Capilla de Sebastián de Magaña. Por lo general, se tratan de
capillas cuadradas o rectangulares, generalmente cubiertas con bóveda de
crucería, y abiertas a la iglesia mediante arcos apuntados o portadas más
destacadas de estética clasicista. Gran parte de su patrimonio mueble fue
destruido durante la Guerra Civil, acogiendo en la actualidad diversas imágenes
devocionales (la mayoría de ellas realizadas en el siglo XX, por imagineros
como Mariano Benlliure, Francisco Palma Burgos, Jacinto Higueras, Bartolomé
Alvarado, etc.).
FUNDACIÓN E HISTORIA DE LA COFRADÍA
Parece indudable que desde un principio la cofradía de la Yedra era la encargada de sacar en procesión a Jesús depositado en el Sepulcro. Según Ruiz Prieto, dicha cofradía se fundó en 1505, aunque Cazabán Laguna nos transcribe un documento revelando que los estatutos de esta cofradía fueron aprobados por el obispo don Diego de los Cobos el 28 de enero de 1565.
Como quiera que sea, de lo que no hay duda es de que la cofradía de la Yedra existía desde antes de esta última fecha y que siguió funcionando como tal hasta muy entrado el siglo XIX.
Finalizando la segunda década del XVII, el escultor ubetense Pedro de Zayas realiza para la Cofradía de la Yedra y Entierro de Cristo, y por encargo de su prioste Juan Arredondo de la Cueva, cuatro imágenes: un San Juan, una Magdalena y las dos de los Santos Varones (Nicodemo y José de Arimatea). Todas ellas irían sobre andas.
Evidentemente, se atravesaba un gran momento de esplendor, que paulatinamente fue aumentando hasta el punto de conseguir que el Ayuntamiento ejerciese su apoyo y tutela sobre la procesión ya desde antes de 1650, aunque no es hasta 1656 cuando se hace referencia explícita a su patronazgo.
Cinco años después, los frailes trinitarios obtenían del Cabildo Municipal la promesa de asistir a perpetuidad el Sábado Santo a la solemne celebración en su convento de “las glorias del Sepulcro de Cristo Nuestro Señor” y el Domingo a la procesión del Resucitado.
El acta capitular de 27 de enero de 1668 se constituye en el más riguroso informe de todo lo que se realizaba por entonces, pues en ella se dice: que la procesión del Santo Entierro salía de la Colegial el Viernes Santo, acompañada de todo el cabildo eclesiástico, así como del municipal; que llegaba al convento de la Trinidad, donde se depositaba la imagen, velada hasta el domingo por la Compañía de Soldados; que esta se componía de un capitán, un alférez, (a veces se hablará después de un teniente), un sargento, cuatro cabos y varios soldados; que el Sábado Santo se celebraba la fiesta de la cofradía en el citado convento y que todo acababa el Domingo con la apoteosis de la Resurrección, a la que también asistía la Compañía de Soldados. Para estos se pide, por vez primera, la exención de cargas personales y concejiles.
A los pocos años vuelven los regidores a tratar del Santo Entierro. Es la fecha de 1674, que durante tanto tiempo pasó por ser la de más antigua referencia a la cofradía. El 4 de abril de dicho año, el Cabildo municipal acuerda que todos los caballeros veinticuatros asistan a procesión y exequias fúnebres con sus capas largas de luto y a los porteros se les haga ropas de bayeta negra. Además, reiteran que a la Compañía de Soldados no se les eche cargas ni esta contribuya en nada a los repartimientos del Servicio Real.
Dicha Compañía no sólo se relacionaba con el Santo Entierro, sino también con la cofradía del Resucitado y, acabada la Semana Santa, también era requerida para otros actos religiosos. Según Torres Navarrete, desaparece con la Guerra de la Independencia en 1808. No ocurre lo mismo con la cofradía del Santo Entierro, que, si se identifica con la de la Yedra, sobrevive a la invasión francesa y se muestra en documentos posteriores fechados entre 1817 y 1820.
La inútil Ley elaborada por Mendizábal y llevada a la práctica en 1836 trae consigo la exclaustración de los frailes trinitarios y la enajenación del edificio, por lo que las funciones religiosas en torno al Santo Entierro se trasladan a San Nicolás. Pero al no resultar finalmente desacralizada la iglesia conventual, vuelven a la Trinidad a los pocos años.
Así, más o menos lánguidamente, transcurre para la cofradía el resto del siglo, hasta su posterior reorganización en 1896, en que lo hace bajo el nuevo título de “Hermandad del Santo Sepulcro de Nuestro Señor Jesucristo”. Esta remodelación la lleva a cabo el comercio ubetense, que crea una junta presidida por don Santiago González Oreja. Encargan a la madrileña Casa Meneses un trono y urna de plata destinado a un Cristo -se decía- muy antiguo y de autor desconocido, que se desclavaba de la cruz en donde estaba durante el año y se depositaba en la urna, envuelto en finas gasas.
Pensamos que esta imagen corresponde al Cristo que policromó en 1583 el pintor ubetense Pedro de Medina, pero que era de mayor antigüedad.
Sale, pues, la reorganizada hermandad en 1897, desde Santa María a la Trinidad, acompañada de las demás cofradías: el Paso, la Expiración y la Soledad. Luego, a la noche, el Sábado de Gloria o el Domingo de Resurrección (según una u otra etapa), retornaba la imagen a la Colegial, de nuevo acompañada de los guiones de las mencionadas hermandades.
Entre 1905 al menos y 1920 salieron acompañando al Santo Sepulcro los Santos Varones (tal vez las mismas figuras que hiciera Zayas). Desde el primero de los años citados fueron montados sobre otro trono de plata Meneses, del que nada se sabe en la actualidad. Ambas imágenes desaparecieron en la guerra civil de 1936.
Importante novedad en la vida de la cofradía fue su constitución durante 1929 en Hermandad Benéfica, carácter que perdurará durante muchos años (hasta el final de los 60). Era por entonces presidente de ella don Blas Lope Catalán, quien vería llegar las perturbaciones de la guerra civil, una de cuyas lamentables consecuencias fue la pérdida de la imagen del Cristo muerto, aunque, por otro lado, se logró preservar de la destrucción el trono de plata y los gallardetes de 1897.
Con tales enseres, pasada ya la contienda y bajo la presidencia de don Sebastián Villar Arroyo, en 1940, sobre el antiguo trono de plata, desfila el nuevo Cristo yacente, una imagen de Olot (Gerona), de las hechas en serie, que hoy está en poder de la cofradía.
En 1947, para que precediese al Cristo muerto, se incorpora un nuevo grupo escultórico, obra de Palma Burgos, que representa el momento del Entierro de Cristo y forman Jesús, la Virgen (que, sin embargo, data de 1943), San Juan, la Magdalena y los Santos Varones. Estos se quitan en 1955 y se vuelven a poner en 2002. Van las figuras sobre trono del mismo autor que las imágenes.
En 1965, siendo Presidente don Federico Adam, se sustituyen la imagen de Jesús muerto, el trono y la urna de plata por el actual y magnífico Cristo Yacente, obra de Palma Burgos, y por el trono barroco de Ramón Cuadra.
Trece serían los años en que estuviese al frente de la cofradía don Antonio Fernández Tallante (1978-1990). A poco de tomar posesión, concretamente, el 6 de junio de 1979, el Ayuntamiento, encabezado por el Sr. Gámez Martínez, se desvincula del Santo Entierro, retirando su patronazgo y desasistiendo a su procesión. Durante el mandato de Fernández Tallante se arreglan las dos capillas de Santa María, se reparan los tronos cambiando sus chasis, se hacen banderas nuevas y la cofradía estrena Casa de Hermandad. También se renuevan los estatutos por dos veces: primero se modifican los que databan de 1929; y luego hubo que reformar estos a la luz de las nuevas disposiciones eclesiásticas. Se terminaron de redactar en mayo de 1987 y fueron aprobados por el obispo García Aracil el 27 de marzo de 1991.
Toma el relevo don Miguel Moreno Condado, a quien se debe, entre otras cosas, la implantación del Triduo, la restauración de ambos tronos, la recuperación del antiguo de plata y de la vieja imagen y la compra de nichos en el Cementerio. A él también le toca conmemorar el año de 1996 el Primer Centenario de la Reorganización de la Cofradía, efeméride que no pasó desapercibida.
En el mismo año de esta celebración centenaria ocupa el sillón presidencial don Francisco Rienda Ruiz, quien logra notables consecuciones en las áreas de patrimonio (recuperación de los Santos Varones y restauración de todas las demás imágenes), de cultos (organiza el Vía crucis), de labor social y de juventud. En este último sentido, la participación juvenil en la cofradía surge en mayo de 1998, en que se crea la Vocalía de Jóvenes, que toma el título de “María de Nazaret”.
Pasada la Semana Santa de 2002, cesa en su cargo de Hermano Mayor, por imperativo legal, el Sr. Rienda Ruiz y el 17 de marzo sale elegido para sustituirle don Juan de la Cruz Pérez Resa, quien logró que la cofradía saliera en primer lugar en la Procesión General durante los años 2004 y 2005, aunque al año siguiente, con el adelanto de la hora de salida a las 8 de la tarde, se volvió al orden tradicional. Durante este mandato, en el 2008, la cofradía estrena la marcha “María de Nazaret” de J. M. Cano Gómez.
En 2009 es nombrado Hermano Mayor don Eugenio Antonio Sanjuán Monforte. Durante su mandato se presenta el 15 de enero de 2011 en el Hospital de Santiago, el cartel oficial de la Semana Santa, el cual está protagonizado por la Cofradía, en concreto con el grupo escultórico del Santo Entierro a su salida de Santa María; donde se observa la nueva situación del misterio tras la modificación del trono realizada en el 2010, por el que era administrador en la fecha, don Antonio Jesús Hidalgo Campos, en colaboración con don Antonio José Campos Martínez.
Un acontecimiento muy importante en la historia de la Hermandad es la reapertura al culto de la Iglesia Mayor de Santa María de los Reales Alcázares, sede canónica de la Hermandad, en mayo de 2011. Con ello, nuestros Sagrados Titulares vuelven a ocupar sus respectivas capillas dentro del templo, en primer lugar en la capilla del Santo Entierro, y posteriormente, pasando el Cristo Yacente a su capilla.
El 25 de marzo de 2012, se celebran elecciones en la cofradía siendo elegido Hermano Mayor don Antonio Jesús Hidalgo Campos, el cual recibe su nombramiento con fecha 28 de marzo de 2012 y toma posesión del cargo junto a su Junta Directiva durante la Solemne Fiesta de María de Nazaret celebrada el domingo 13 de mayo de 2012.
¿Qué ver en Úbeda?
- Sinagoga del Agua.
- Plaza Vázquez de Molina.
- Sacra Capilla del Salvador.
- Centro histórico.
- Palacio de Vela de los Cobos.
- Centro de Interpretación Olivar y Aceite.
- Hospital de Santiago.
- Museo de Alfarería Paco Tito. Museos especializados.




















