Antonio Pozo Indiano
¿ Qué tiene en común gestos como el de un público aplaudiendo ,una pareja besándose o un golpe amistoso en la espalda ?.
Curiosamente , todos son abrazos reales
o simbólicos .
¿Por qué no proseguir el gesto iniciado y abarcar con nuestros brazos a una persona , ya que obviamente
sentimos el anhelo biológico e intenso de saludarla a través de un cálido contacto físico ?. La razón parece
estribar en que para alcanzar la
proximidad que nos permita besar
o abrazar a una persona tenemos
que establecer con ella una
relación más íntima.
Conocemos la naturaleza de
los brazos a partir de los primeros
abrazos que una madre dispensa a su hijo
y que luego se reproducen ulteriormente
entre amantes . Cuando
crecemos seguimos deseando este aliento básico y este calor humano , que parece que comprendemos instintivamente pero todas
nuestras minuciosas reglas sociales
se vendrían abajo si se
produjeran unos indiscriminados contactos físicos . Por consiguiente ,
simplifiquemos nuestro gesto básico – el abrazo pleno y sin inhibiciones de una relación muy íntima – y hacemos que parte de éste
signifiquen cosas diferentes . De esta manera conservamos las intenciones
primitivas sin llegar a un compromiso
demasiado fuerte.
Una palmada en la espalda ,
por ejemplo , es un mini abrazo que bien
puede ser de congratulación , o tener el
propósito de tranquilizar . El aplauso ( que empiezan a practicar los bebés a edad muy temprana ) es un sustituto de la
palmada en la espalda cuando no se puede llegar hasta la persona en cuestión .
El beso posee , desde luego ,
una amplia gama de significados peculiares , desde el que es abiertamente
sexual hasta el ligero beso en la
mejilla . Virtualmente, los únicos saludos
que no se hallan basados en el
abrazo son la inclinación de cabeza
(derivada de la reverencia formal ) y el estrecharse la mano, aunque en este
caso y en ocasiones formales puede añadirse , además , un
respetuoso beso en el dorso.
Mi Abuelo siempre nos decía :
Las frutas de la familia del melocotón
previenen problemas relacionados con la obesidad :
Diabetes , síndrome metabólico o
problemas cardiovasculares .
Todo ello gracias a sus componentes
bioactivos con propiedades antiobesidad
y antiinflamatorias.
Es recomendable
consumir cada fruta en su temporada, y la temporada del
melocotón es el verano. Ahí es cuando presentan un mejor
sabor, frescura y valores nutricionales. Asegúrate de elegir aquellos que no
estén ni excesivamente duros ni muy blandos
Propiedades
nutricionales del melocotón:
Los
melocotones frescos son bajos en calorías, sin embargo, los
orejones o melocotones secos alcanzan valores calóricos elevados.
Los
melocotones se componen principalmente por agua (86%). Después
del agua, los hidratos de carbono forman el componente mayoritario de esta
fruta, que también es rica en fibra.
En
cuanto a las vitaminas, el melocotón destaca por su aporte de vitamina
A, aunque también contiene vitaminas C, B1, B2 y
B3.
Entre
los minerales presentes en el melocotón se encuentran el potasio, fósforo,
hierro y calcio.
Por otro
lado, habría que indicar la presencia de betacarotenos; ácido antoténico, ácido málico y ácido cítrico.
El
melocotón es recomendable para reducir el estrés, la
anemia, para un correcto funcionamiento de huesos y dientes, para prevenir
problemas cardiovasculares y degenerativos y reforzar el sistema inmunológico.
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