LA LUZ DE BALLABRIGA.

LA LUZ DE  BALLABRIGA.
Antonio; Conde Yndiano de Ballabriga

sábado, 2 de febrero de 2013

El poder de los impotentes



 España esta padeciendo la peor crisis que puede afectar a un país “La corrupción política generalizada”.
Cuando esto sucede es porque el Poder Judicial no es un poder independiente de poder político , si esto que actualmente esta sucediendo en España no acaba pronto el futuro de los españoles quedara hipotecado para treinta años.
La corrupción política es insaciable .
A continuación os dejo un artículo de un español que quiere dejar a sus nietos un país mejor del que actualmente nos esta tocando vivir , leerlo muy lentamente .





El poder de los impotentes

El poder ha tomado la medida a la sociedad. Un partido, Unió, utiliza ilegalmente fondos procedentes de la UE que iban destinados, precisamente, a un colectivo que sufre: los parados. Su líder, Duran, inicialmente lo niega y asegura que si se prueba esa financiación ilegal dimitirá. Sonó a broma. Lo era. Se probó el uso ilegal del dinero. El partido lo ha reconocido. Su líder no solo no dimite sino que asegura que tiene la conciencia tranquila.
Pero la casta  reacciona: no queremos mas juicios a los partidos políticos, así que se ordena a la Fiscalía evitar el proceso penal a toda costa. ¿Política de pacto.? Puede que sea una ayuda en el proceso secesionista que vive Cataluña, que, por supuesto, se dará de palabra y se esfumará de obra. Puede que ni siquiera sea eso sino solo una muestra mas del poder de la clase política.

No les conviene incrementar su imagen negativa porque la opinión “mete a todos en el mismo saco”. Y con razón porque se trata de un saco que es para todos el mismo. No solo aprueban leyes para consolidar privilegios, sino que luego dan órdenes a los encargados de hacerlos efectivos, léase fiscales y jueces. La sociedad se indigna, pero dice que es impotente.
Los inspectores del Banco de España denuncian que sus autoridades miran para otro lado -y ellos por “obediencia debida”- respecto de los posibles delitos que se estaban cometiendo en las cajas de ahorro. Hablamos de mas de 60.000 millones de euros de daños causados por esas prácticas, algunas presuntamente delictivas; otras, presuntamente no. Ese mirar para otro lado puede ser, con alta probabilidad, encajado en la figura de encubrimiento penalmente punible.


En la Audiencia Nacional se investigan, por decir algo, ciertos posibles delitos. Pero se percibe el arrastre de los pies. El poder esta detrás. Prefieren actuar contra personas que no son del agrado del poder. De este modo prosperan en sus carreras. Contradiciendo al poder, no. A un imputado se le nombra asesor de una gran empresa española. Es una mensaje a todos, a la sociedad y a la judicatura: mandamos nosotros y hacemos lo que nos da la gana. Nada sucederá con ese informe del Banco de España, me temo.
 La Justicia muy probablemente no actuará, o lo hará solo formalmente, para dar la sensación de que algo hacen .De momento lo ha reclamado la Fiscalía, pero algunos dicen que para hibernarlo. La sociedad se indigna pero dice que es impotente.

Un yerno del Jefe del Estado monta, en apariencia, un esquema de defraudación tributaria y malversación de fondos públicos de magnitud mas que considerable, para el que, indefectiblemente, tiene que contar con la colaboración activa de autoridades del Estado pertenecientes a diferentes partidos políticos. Nada sucede. Ni siquiera medidas cautelares. En igualdad de posiciones jurídicas a unas personas se las imputa y a otras no, por razón de adscripción política, familiar o cercanía al poder. El Jefe del Estado asegura que todos son iguales ante la Ley. Se percibe nítidamente lo contrario, con esas personas y con otras.  La Fiscalía y los jueces obedecen al poder. La sociedad se indigna, pero dice que es impotente.
En Cataluña, un presidente autonómico, CIU y ERC, partidos legalizados por la Ley española, deciden someter al parlamento catalán una declaración de corte secesionista buscando convertir, dicen, a Cataluña, en un Estado independiente dentro de la Unión Europea, asumiendo el derecho unilateral a modificar la Constitución sin contar con el resto de españoles, porque “España les roba”. El poder dice que solo pierden el tiempo. Nada más. La sociedad española, una gran parte de ella, se indigna, pero dice que es impotente
Un etarra, condenado por múltiples asesinatos, Bolinaga, es puesto en libertad por encontrarse en fase terminal sin exigirle que declare su arrepentimiento como reclama la Ley. Pasa el tiempo y ni es terminal, al parecer, ni, desde luego, muestra públicamente su arrepentimiento. Al contrario. consciente del daño causado asegura que no se arrepiente. La sociedad sospecha que algo de política se encuentra detrás de esta decisión judicial. La sociedad se indigna, pero dice que es impotente

Los medios de comunicación social informan masivamente de una corrupción generalizada de los partidos y de personas concretas en Cataluña, entorno a quien fuera Presidente muchos años, Pujol, con vínculos familiares directos, que, al parecer, utilizan el poder para enriquecimiento ilegal de manera masiva. Nada sucede. La sociedad se indigna, pero dice que es impotente.
Los medios de comunicación social se convierten, a toda evidencia, en terminales de intereses políticos o financieros.  La noticia se produce y publica a conveniencia del poder. La sociedad lo sabe, lo grita, pero no puede hacer nada porque dice que es impotente
Son solo algunas muestras. Hay muchas, desgraciadamente muchas mas.
 Y todos los días, en las redes sociales una parte de la sociedad se indigna. Cuando las cámaras de las radios o la televisión preguntan por la calle, las respuestas son de indignación. En los cafés, en las tertulias, en las casas las gentes se manifiestan indignadas. Pero dicen que la sociedad es impotente.
Las encuestas revelan que la corrupción ha pasado a ser una de las principales preocupaciones de los españoles, y, casualmente, aparece directamente conectada con la clase política aunque la corrupción se extiende y abarca todos lo segmentos de la sociedad española.
Las encuestas revelan que el Presidente del Gobierno tiene la desconfianza del 84% de los españoles, y el líder de la oposición del 91%. Todos los ministros del Gobierno reciben valoración negativa. La intención de voto teórica de los partidos convencionales se desploma. Pero nada sucede. La indignación dice que crece, pero todo sigue igual porque la sociedad es impotente, dicen. Y sobre todo, les vuelven a votar en ejercicio de su “impotencia”
El poder ha tomado la medida a la sociedad. Sabe que la sociedad española se siente impotente. Bueno, sabe que se siente harta, cansada, entregada, instalada en el sálvese quien pueda y todo eso porque dice que se siente impotente para cambiar las cosas.
Vivimos en la sociedad impotente.
Esto si, porque nos da la gana.
Si algo hay claro es que esto no cambiará si no se ejerce el poder de los impotentes, Porque somos cualquier cosa menos impotentes. Porque tenemos el poder en nuestras manos. Otra cosa es que no queramos ejercitarlo sea por miedo, por cobardía, por egoísmo, por abulia, por aburrimiento, por displicencia, por escepticismo, por hastío, por indolencia…Puedo seguir, porque para eso están los diccionarios.  Nada gusta mas a algunos que encontrar una excusa en la que envolver su cobardía
El poder nos tiene tomada la medida. Les da igual que ardan las redes sociales o la puerta de Alcalá. Sabe que nos sentimos impotentes. Es mas cómodo decir somos impotentes que ejercer la potencia. Sociedad impotente. Clase política preñada de privilegios. Democracia formal. Despotismo real. Protesta verbal. Inacción real. Esto es lo que hay. Porque queremos.

Mario Conde.
Crestomatía del Conde Yndiano de Ballabriga.

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