LA LUZ DE BALLABRIGA.

LA LUZ DE  BALLABRIGA.
Antonio; Conde Yndiano de Ballabriga

domingo, 1 de febrero de 2015

La Autoridad




Antonio Pozo Indiano

Su valor y su justificación
Es evidente que el carácter  diferencial de un ser  vivo cualquiera  y la materia muerta inerte , es la existencia  de una determinada  forma ,de una cierta organización.
Todo el mundo sabe  que los alimentos , por ejemplo , carnes, pescados  y vegetales , sirven a su finalidad  nutricia y de sostenimiento de la salud . en tanto se mantiene en ellos la fundamental condición  de no estar descompuestos , se pudren,  se convierten en sustancias nocivas  y inservibles , por tanto .  No son raras , sobre todo  en la estación calurosa , las noticias sobre intoxicaciones  producidas por alimentos  en malas condiciones . Ese riesgo de descomposición  que tanto preocupa  , lo mismo a los consumidores  en general  que a todas aquellas gentes  dedicadas a la industria y al comercio  de la alimentación , demuestra sin más  la condición orgánica – organizada –de tales productos  alimenticios.
En realidad  , dichas condición orgánica  es el denominador  común  de todas  las sustancias  portadoras de la vida .
Este orden , que en nuestro ejemplo  advertimos  en los alimentos  de origen biológicos  y en los seres  vivos en general, no es un orden porque sí , ni está mantenido  de una forma espontánea . Si los alimentos  no se conservan  de manera adecuada ,  y en todo caso cuando cualquier ser vivo – animal o planta – deja de vivir , inmediatamente se inicia su  descomposición  y se convierte en simple materia , es decir ,  se desorganiza , cesa el orden . Para esto  no hay más que una explicación : la vida es el principio según el cual se mantiene  el orden , la cohesión , la organización de todos estos seres  que, por esto mismo ,llamamos seres vivos . La vida  es una fuerza ordenada  en todo caso  a la consecución  de un fin dentro de una forma determinada .  La multiplicidad enorme de los seres vivos responde  a esa variedad  de modos que la vida  tiene para alcanzar  su primordial objeto  , manteniéndose dentro de un orden .


La vida representa así , en su energía unificadora  , el principio más sencillo  y natural de la autoridad.
Si comprendemos  esto , su aplicación a la vida humana  y más concretamente  a la convivencia , la necesidad  y el valor de la autoridad  resultan evidentes , pues la diferencia  entre la fuerza  vital  mantenedora de la unidad  y organización de los seres individualmente considerados  y la de la autoridad  en sentido estricto , como principio organizador  de las agrupaciones humanas , estriba sencillamente  en el hecho  de que , en el ser humano , junto  a lo estrictamente físico  y biológico –lo natural - , se encuentra en el espíritu , que , al dotarle de conciencia , le permite darse cuenta  de la necesidad de  tal principio , preocupando su respeto y desarrollo . Quiere esto decir  que si los seres vivos  en general – animales y plantas –este principio actúa  de manera espontánea  y sin intervención  de tale seres , en los humanos , por su carácter  espiritual , la necesidad  y el valor de la autoridad  son advertidos , y , en consecuencia , los seres humanos  tendemos , naturalmente,  a mantener  y fomentar dicho principio .
Trasladando este razonamiento  al plano de la convivencia , vemos como toda sociedad , todo grupo social , comporta la tendencia de varios seres  inteligentes  hacía un fin común , de modo  que toda unión  de este género  exige , naturalmente , un principio de unidad  y de orden poseedor , no sólo de la facultad  de mantener la organización  de acuerdo con el fin perseguido , sino del mismo derecho  a obligar , ante todo , al mantenimiento  de la cohesión del grupo y al perfeccionamiento  incesante  de su organización  y desarrollo , para conducirle  así , de manera segura  y eficaz , hacia la mejor realización de su objeto.
Se comprende , además , como estando reunidos  para aprender  que si a la conciencia , es decir , al hecho de darnos cuenta  de esta necesidad  y al deseo de satisfacerla , no se agrega un principio capaz  de mantener  la unidad de todos los elementos  que intervienen en la enseñanza y  su ordenación  a una mayor eficacia de la misma , fácilmente  se perderían  no sólo el interés  y la disposición , sino el adecuado orden , para que con un mínimo esfuerzo  y el mayor aprovechamiento del tiempo  pudiéramos conseguir  nuestro dominio profesional . Y lo mismo en cualquier asociación. En un club deportivo , por ejemplo , si no actuase este principio unificador  y ordenador  de los diversos medios  y elementos necesarios  para el logro del áxito, sobrevendría la   desmoralización  desunión de los socios , que en este caso  no sería ni más ni menos que la descomposición aludida  en el ejemplo de los alimentos.
Este principio es lo que llamamos autoridad.
La autoridad es tan necesaria  para la convivencia , para vivir en sociedad , como la fuerza vital  lo es para el mantenimiento de la vida  en los seres individuales.
De tal forma es inseparable  el principio de autoridad  del concepto  de organización social , que sin él  la organización deja de existir  y la convivencia  indispensable para la vida humana  se hace imposible.


Crestomatía : Antonio Pozo Indiano


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