LA LUZ DE BALLABRIGA.

LA LUZ DE  BALLABRIGA.
Antonio; Conde Yndiano de Ballabriga

domingo, 15 de marzo de 2015

Deberes del Jefe con los subordinados : respeto a sus derechos.



Antonio Pozo Indiano

El Jefe como primer servidor de la comunidad.

Así , quien encarna  la autoridad , jefe de empresa , capitán de equipo o gobernante en general , se convierte  en el primer servidor del grupo.

Este carácter servicial  es básico para entender rectamente  la autoridad , y quienes la ejercen  deben tener convivencia de sus responsabilidades  sociales ante los demás .

La competencia , la prudencia  y el desinterés  son virtudes indispensables  para quien haya de servir  a la sociedad  desde un puesto de mando .

Autoridad y obediencia  son términos correlativos  : se condicionan y se implican .
Son como las dos piezas ajustadas  del más fino de los mecanismos.
La obediencia no puede ser  simple sometimiento .
La obediencia a la autoridad , por ser negocios entre seres humanos , es algo más profundo .

No se trata de atacar la autoridad  porque no se puede ir contra ella . El ser humano no es una tuerca  que , inevitablemente , haya de girar empujada  por la poderosa llave . La obediencia – condición humana – sólo puede darse entre seres individuales .

La autoridad  alcanzará su plenitud de sentido cuando , considerando la obediencia  como un deber , se advierta  que más allá  de la obligación es una virtud humana social.
Sabemos perfectamente  cómo la convivencia  y la solidaridad , formas naturales  del impulso humano  a la sociabilidad  en razones morales.
Pedir una incuestionable obediencia  a un ser dotado de razón  presupondría , por parte de la autoridad  o de quienes la encarnan , la completa posesión de la verdad , por eso la autoridad política  sólo puede pedir obediencia razonable.
De este modo entendida ,la obediencia  a la autoridad  lleva consigo la subordinación , la confianza ,el afán de trabajar con toda lealtad.


Deberes del Jefe para con los subordinados : respeto a sus derechos

Fácilmente  se puede derivar  de cuando llevamos dicho  la obligación de las personas  llamadas a ejercer  la autoridad  para sus subordinados.
Respeto a los derechos de todos impone a la autoridad  una serie de límite s, y estos límites no pueden se rebasados.
La ley moral natural ha de observarse  en primer lugar . La moralidad de quien manda  en condición ineludible  , y esta moralidad  le llevará sobre todo , a no aprovecharse  del poder ni a imponer  medidas que vayan en contra  conciencia.
En segundo lugar , los derechos naturales de las personas  señalan también límites claros al ejercicio de la autoridad.
Por ejemplo , la autoridad no puede , en modo alguno , coartar el derecho de procreación  o el mantenimiento de la salud.
Finalmente , los derechos propios de  las demás asociaciones , es decir, de todas aquella unidades sociales  de convivencia que, encontrándose, respecto de sus fines , en una relación inferior y subordinada  , merecen igualmente el respeto de la autoridad política.
Todo resulta muy claro  si consideramos  que , teniendo las personas unos fines que cumplir , y siendo la convivencia un cauce natural  para alcanzarlos , todo en ella ha de resultar  del respeto mutuo  y del esfuerzo de todos  por mantener  el orden indispensable de la misma. 

Crestomatía : Antonio Pozo Indiano



No hay comentarios:

Publicar un comentario