Mensaje del Santo Padre a los
participantes en la Conferencia Internacional: “Los Derechos humanos en el
mundo contemporáneo: conquistas, omisiones, negaciones”, en programa este 10 y
11 de diciembre en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
“Quisiera, en esta ocasión, dirigir un firme llamamiento a quienes tienen
responsabilidades institucionales, pidiéndoles que sitúen los derechos humanos
en el centro de todas las políticas, incluidas las políticas de cooperación
para el desarrollo, incluso cuando eso signifique ir contra corriente”, lo
escribe el Papa Francisco en su Mensaje a los
participantes en la Conferencia Internacional, “Los Derechos humanos en el
mundo contemporáneo: conquistas, omisiones, negaciones”, evento organizado por
la Pontificia Universidad Gregoriana y el Dicasterio para el Servicio del
Desarrollo Humano Integral, con ocasión del 70° Aniversario de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos y el 25° Aniversario de la Declaración y del
Programa de Acción de Viena.
La igual dignidad de toda persona humana
En su Mensaje, el Santo Padre
expresa sus saludos a los representantes diplomáticos y participantes en esta
Conferencia Internacional sobre la Declaración Universal de los Derechos
Humanos y la Declaración y el Programa de Acción de Viena. “Mediante estos dos
documentos – afirma el Pontífice – la Familia de las Naciones ha querido
reconocer la igual dignidad de toda persona humana, de las cuales derivan
derechos y libertades fundamentales que, enraizados en la naturaleza de la
persona humana – unidad inseparable de cuerpo y alma – son universales,
indivisibles, interdependientes e interconectados. Al mismo tiempo, en la
Declaración de 1948 se reconoce que todo individuo tiene deberes para con la
comunidad, en los que sólo es posible el libre y pleno desarrollo de su
personalidad”.
Compromiso renovado con la defensa de la dignidad humana
Asimismo, el Papa Francisco precisa que, en el año en que se celebran los
aniversarios de estos instrumentos jurídicos internacionales, es apropiado
reflexionar en profundidad sobre los fundamentos y el respeto de los derechos
humanos en el mundo contemporáneo, reflexión – escribe el Papa – que espero que
conduzca a un compromiso renovado con la defensa de la dignidad humana, con
especial atención a los miembros más vulnerables de la comunidad. “De hecho,
mirando atentamente a nuestras sociedades contemporáneas – subraya el Pontífice
– existen numerosas contradicciones que nos llevan a preguntarnos si la igual
dignidad de todos los seres humanos, proclamada solemnemente hace 70 años, es
realmente reconocida, respetada, protegida y promovida en todas las
circunstancias. Hoy en día, persisten todavía muchas formas de injusticia en el
mundo, alimentadas por visiones antropológicas reductivas y por un modelo
económico basado en el beneficio, que no duda en explotar, descartar e incluso
matar al hombre”.
“Mientras una parte de
la humanidad vive en la opulencia, otra parte ve su propia dignidad repudiada,
despreciada o pisoteada y sus derechos fundamentales ignorados o violados”
La humanidad pisoteada y descartada
En su Mensaje, el Santo Padre señala quienes son los miembros más
vulnerables de la comunidad, a quienes se repudiada, despreciada o pisoteada su
dignidad y sus derechos. “Pienso, en los no nacidos a los que se niega el
derecho a venir al mundo – afirma el Papa – en los que no tienen acceso a los
medios necesarios para una vida digna; en los que están excluidos de una
educación adecuada; en los que están injustamente privados de su trabajo u
obligados a trabajar como esclavos; en los que están detenidos en condiciones
inhumanas, sufren torturas o se les niega la oportunidad de redimirse; en las
víctimas de desapariciones forzadas y en sus familias”.
Pienso también, escribe el Papa Francisco, en todos aquellos que viven en
un clima dominado por la sospecha y el desprecio, que son objeto de actos de
intolerancia, discriminación y violencia a causa de su pertenencia racial,
étnica, nacional o religiosa. Por último, agrega el Pontífice, no puedo dejar
de mencionar a quienes sufren múltiples violaciones de sus derechos
fundamentales en el trágico contexto de los conflictos armados, mientras que
los mercaderes de la muerte sin escrúpulos se enriquecen a costa de la sangre
de sus hermanos y hermanas.
Todos estamos llamados a defender los derechos fundamentales
Ante estos graves fenómenos, el Santo Padre indica que todos estamos
llamados en causa, a dirigir nuestra mirada hacia los más pequeños de nuestros
hermanos y hermanas y a comprometernos concretamente a aliviar su sufrimiento.
De hecho, afirma el Papa, cuando se violan los derechos fundamentales, o cuando
se da prioridad a unos derechos sobre otros, o cuando sólo se conceden a
determinados grupos, se producen graves injusticias, que a su vez alimentan los
conflictos con graves consecuencias tanto dentro de las naciones como entre
ellas.
"Cada uno está llamado a contribuir
con coraje y determinación, en la especificidad de su papel, a respetar los
derechos fundamentales de cada persona, especialmente de las
"invisibles": de los muchos que tienen hambre y sed, que están
desnudos, enfermos, son extranjeros o están detenidos. (cfrMt25.35-36),
que viven en los márgenes de la sociedad o son descartados".
Crestomatía : Antonio Pozo Indiano
10
diciembre 2018, 11:18
VATICAN
NEWS
El PapVA)
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