Querido abuelo:
Mi padre me ha pedido que escriba un artículo sobre ti para publicarlo en su blog, sobre como ha sido mi vida contigo.
No sé como empezar, me resulta bastante difícil hablar de ti en pasado.
Los dos sabemos muy bien como era nuestra relación. No era la típica relación
Abuelo-Nieta, si no muchísimo más. Por eso me has dejado este vacío tan grande que veo tan difícil de poder volver a llenar.
Tú has sido mi abuelo, mi padrino, a veces también has actuado conmigo como un padre, has sido mi amigo, has sido mi confidente, mí socio, has sido mi consejero, has sido mi refugio en los momentos difíciles, has sido tantísimas cosas…
Abuelo yo sabía muy bien como tu eras, pero en tu despedida me di cuenta hablando con todas las personas que acudieron a ésta, que todo el mundo pensaba lo mismo que yo.
No hacías diferencias entre ricos o pobres, ni según su raza o religión. Tu bondad abarcaba más que todos esos conceptos sociológicos.
Si te tuviera que definirte con una frase o refrán sería: “Haz el bien y no mires a quien”.
Abuelo quiero que sepas que aunque siempre me estabas dando las gracias por todo, la única agradecida y que tenía que dar las gracias era yo. Ya que si soy la persona que soy te lo debo a ti y a tus múltiples consejos. No sé que voy a hacer ahora sin ellos.
Me resulta muy difícil estar sin ti y sobre todo ver que no estás al lado de la abuela. Habéis sido el matrimonio más envidiado de vuestra barriada. Se habéis complementado el uno al otro a la perfección.
Debido a mi racional edad sabía que tenías que irte algún día pero tenía la ilusa forma de pensar que no me ibas a faltar nunca. Las personas como tú deberían ser inmortales, ya que hacen mucha falta. A ti te daba miedo la muerte y a mi de daba miedo la vida sin ti.
Siempre me quedará el recuerdo de todas las historias que me has contado a lo largo de mi vida y que tanto me gustaban escuchar. Me han ayudado a saber de donde vengo y a orientarme hacía donde tengo que ir.
Me has transmitido tus creencias religiosas y tu fe, cosa que te agradeceré siempre. Ya que en estos duros y difíciles momentos es importante tener una fe sólida y estable. Así, de cierta manera te alivias un poco más ese dolor tan profundo que nos has dejado con tu partida.
Has sido el mejor abuelo que se podía tener. Le doy GRACIAS a Dios de que te pusiera a ti para que fueras mi abuelo y de poder haberte disfrutado durante 26 años.
Quiero terminar esta carta diciéndote que has muerto de forma terrenal pero en nuestros corazones perdurarás eternamente y estoy segura que en el cielo ocupas uno de los mejores sitios o el mejor de todos.
Esperanza Maria Pozo Rasero.
EL BESO DE LA ESPERANZA
Si el amor cabe en un beso
cuando es un beso de amor.
ante tan Divina Flor
macareno me confieso .
Por Ella vuelvo. Por eso,
cansado de tanta andanza ,
me refugio en la bonanza
de su puerto resolano,
donde conquista su mano
el beso de la Esperanza.
Joaquín Caro Romero.
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