LA LUZ DE BALLABRIGA.

LA LUZ DE  BALLABRIGA.
Antonio; Conde Yndiano de Ballabriga

miércoles, 9 de enero de 2019

Economía: Ventaja para Trump









Antonio Pozo Indiano

Los equipos negociadores de EEUU y China se reunieron ayer en Pekín por segunda vez para tratar de poner fin a una de las situaciones de estancamiento geopolítico más graves desde el final de la Guerra Fría: una guerra comercial entre las dos mayores economías mundiales.
Las conversaciones siguen a una reunión entre el presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo chino Xi Jinping en la cumbre del G20 en Buenos Aires el mes pasado, donde acordaron una tregua de 90 días.
Trump utiliza una política arriesgada para intentar poner fin a años de transferencias de tecnología forzadas y exportaciones chinas que compiten con las compañías estadounidenses. Xi defiende un statu quo que ha propiciado un extraordinario crecimiento económico en China y que también ha enriquecido a muchas empresas de EEUU.
Ambos presidentes afrontan una situación cada vez más vulnerable en casa. Trump se enfrenta a un Partido Demócrata renaciente, y Xi a la ralentización del crecimiento económico. Ambos afrontan mercados volátiles. Los analistas creen que todo ello ha acercado las posturas de las dos partes, aunque la brecha sigue siendo amplia.
Estas son algunas de las fortalezas y debilidades de ambos países.

Economía: Ventaja para Trump

El impacto de los aranceles estadounidenses es evidente. Las estadísticas oficiales muestran que la economía de China creció un 6,7% en los tres primeros trimestres de este año, camino de superar a la de EEUU a largo plazo. Pero cuesta encontrar a alguien en Pekín que crea esa cifra, ya que otros datos reflejan que el crecimiento está sufriendo una fuerte ralentización. Las exportaciones siguen teniendo un peso mayor de lo que le gustaría a China en la actividad económica real, y hay dudas de que la respuesta tradicional de Pekín de aplicar estímulos financiados mediante deuda sea tan eficaz en esta ocasión.
La situación de EEUU parece más optimista. Hay signos de advertencia sobre un empeoramiento cíclico y problemas en los sectores afectados por los impuestos aplicados en represalia por China. Pero en diciembre, la creación de empleo en el país superó con creces las expectativas, reforzando la creencia de Trump de que sus políticas comerciales no han dañado la economía estadounidense, sino que pueden incluso estar beneficiándola.

Política: Ventaja para Xi

Decir que Xi no afronta presiones políticas porque China no celebra elecciones es una visión simplista. La percepción de la opinión pública, y en especial lo que piensan las familias elitistas, sigue influyendo en la toma de decisiones. Algunos de los aliados de Xi no están cómodos con la amenaza que la guerra comercial supone para sus intereses personales, según personas al corriente de la situación. La opinión pública está preocupada por el conflicto con EEUU, que coincide con un endurecimiento de la política nacional.
Trump afronta presiones mucho más inmediatas. Arranca una dura campaña de reelección a la presidencia en 2020 con el telón de fondo de unos bajos índices de aprobación y la hiriente derrota en las elecciones de mitad de legislatura de noviembre, que dieron el control de la Cámara de Representantes a los demócratas. La "dureza con China" fue el lema de su campaña, pero ha prometido llegar a un acuerdo con Xi. Esto da a China ventaja en las negociaciones. Pekín espera que Trump acepte un acuerdo que le permita declararse vencedor.

Mercados: Ventaja para Xi


Las Bolsas de ambos países están a punto de desmoronarse. El índice Shanghai Composite cotiza en niveles de 2014, mientras que el Dow Jones Industrial Average ha sufrido una corrección brutal. Ambos presidentes ven en el comportamiento de los mercados bursátiles un referéndum de los mercados financieros sobre sus políticas.
Trump está obsesionado con la Bolsa. Nada más registrarse la primera oleada de ventas en octubre, el presidente descolgó el teléfono para acordar la cena de Buenos Aires que culminó en las conversaciones de esta semana. Nuevas caídas podrían ponerle a la defensiva.
Xi, seguidor de la teoría marxista, tiene una relación más complicada con el movimiento de los mercados. Cuando asumió el cargo, ensalzó un mercado alcista. El posterior desplome desacreditó a los tecnócratas financieros que podrían haberse opuesto a sus políticas dirigistas. La ralentización de los últimos años y la sombra de una crisis bancaria han provocado la desaparición de muchas empresas privadas, haciendo que China sea mucho más dependiente del aparato estatal.

Historia: Empate

EEUU y China chocan en muchos frentes, y los dos usan diferentes analogías para mostrar que están en el "bando bueno de la historia". El Gobierno de Trump rememora la era Reagan. Robert Lighthizer, el representante de Comercio de EEUU, es un veterano de las negociaciones que trató con Japón durante la era de la burbuja, y es el cerebro detrás de los aranceles.
Otros recuerdan el colapso de la Unión Soviética, que no pudo mantener su economía planificada ante el aumento del gasto militar de Reagan. Xi está decidido a no dejar que el Partido Comunista chino sufra la suerte de la Unión Soviética. Cuenta con su legado familiar: al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando los comunistas de Mao Zedong daban muestras de debilidad, su padre Xi Zhongxun coordinó una retirada de su capital Yan'an. Justo cuando parecían haber cedido Yan'an, lanzaron un contraataque masivo y ganaron la guerra civil. EEUU haría bien en no ignorar el uso de la debilidad estratégica en China.

¿Qué bando tiene ventaja en la guerra comercial entre EEUU y China?

 
o  LUCY HORNBY / JAMES POLITI | FINANCIAL TIMES
 
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·         9 ENE. 2019 - 00:13

Crestomatia : Conde Yndiano de Ballabriga




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