Antonio Pozo Indiano
En su primera catequesis del 2019, el Papa ha censurado a aquellas personas que van cada día a la Iglesia «y después viven odiando a los demás o hablando mal de la gente. Esto es un escándalo». Y ha añadido: «Es mejor no ir a la Iglesia. Vive como un ateo. Si vas a la Iglesia, vive como hijo, como hermano, da un verdadero ejemplo»
En su primera catequesis de 2019, el Papa Francisco ha retomado
las enseñanzas sobre el padrenuestro con la ayuda del Evangelio de Mateo, que
sitúa el contexto de esta oración en un punto estratégico y significativo: en
el centro del discurso de la montaña.
Es aquí, ha afirmado el Pontífice, donde «Jesús condensa los
aspectos fundamentales de su mensaje» y donde invierte «las categorías humanas
corrientes, llamando dichosos a unas personas que ni entonces ni ahora tenían
gran prestigio en la sociedad, pero que son capaces de amar, de trabajar por la
paz y, por ello, de ser constructores del reino».
Así, en el sermón de la montaña, Cristo califica de
«bienaventurados» a «los pobres, los mansos, los misericordiosos, los humildes
de corazón… Es la revolución del Evangelio. El Evangelio no nos deja quietos,
nos empuja, es revolucionario».
Al contrario, el Santo Padre ha censurado a aquellas personas
que van cada día a la Iglesia «y después viven odiando a los demás o hablando
mal de la gente. Esto es un escándalo». Y ha añadido: «Es mejor no ir a la
Iglesia. Vive como un ateo. Si vas a la Iglesia, vive como hijo, como hermano,
da un verdadero ejemplo».
Del mismo modo, Francisco ha advertido contra la hipocresía en
la oración. «Hay personas –aseguró– que son capaces de tejer oraciones ateas,
sin Dios: lo hacen para ser admiradas por los hombres. La oración cristiana, en
cambio, no tiene otro testimonio creíble que la propia conciencia, donde se
entrelaza intensamente un diálogo continuo con el Padre».
Antes de concluir, Pontífice argentino ha explicado que «el
cristiano no es aquel que se compromete a ser mejor que el resto: sabe que es
un pecador como todos los demás. El cristiano es simplemente el hombre que está
ante la nueva Zarza Ardiente, la revelación de un Dios que no lleva el enigma
de un nombre impronunciable, sino que pide a sus hijos que lo invoquen con el
nombre de “Padre”, que se dejen renovar por su potencia y que reflejen un rayo
de su bondad para este mundo tan sediento de bien, tan esperanzado de buenas
noticias».
Fecha de
Publicación: 02 de Enero de 2019
ALFA Y OMEGA
CRESTOMATIA :
ANTONIO POZO INDIANO
No hay comentarios:
Publicar un comentario