La palabra vitamina es de uso común hoy en día , pero la mayoría de la gente tiene una idea sólo vaga y difusa de lo que significa realmente.
Las vitaminas no son simplemente un complemento de la nutrición , como parece querer que creamos determinados anuncios , sino unas sustancias químicas esenciales no solo para nuestra salud y bienestar, son incluso para nuestra supervivencia.
Cuando se da una carencia de vitaminas puede producirse una serie de enfermedades , y aunque las dolencias mas graves de las deficiencias vitamínicas , tale como el escorbuto y el beriberi , son ya poco frecuentes , abundan las menos leves. La caspa , la piel reseca , las magulladuras que tardan en curar, la piorrea , la mala visión etc , son sólo algunos de los síntomas que indican que nuestra dieta adolece de determinadas vitaminas.
Todos los alimentos contienen pequeñas cantidades de vitaminas , pero la existencias de estas sustancias nutritivas se ha descubierto hace relativamente poco tiempo. Se trata de un hallazgo del siglo XX , ya que ,hasta 1911 , no se logró identificar la primera de las vitaminas conocidas.
No obstante , antes de esa fecha los investigadores sospecharon ya la presencia de ciertos componentes nutritivos no identificados en los alimentos ; aunque hasta finales del siglo XIX apenas se habían preocupado de aislar la acción bioquímica de los diversos componentes de los productos alimenticios. Una vez identificada la primera vitamina , se produjo un rápido aluvión de descubrimientos , e investigadores de distintos países comenzar a realizar hallazgos casi simultáneos , con lo que se consiguió que las distintas piezas del rompecabezas fueran encajando.
Evidentemente , y aunque no fuésemos concientes de su existencia , las vitaminas estuvieron siempre presente en nuestros alimentos . Ya en 1753 se recomendó el uso de cítricos para el tratamiento del escorbuto de los marineros , a pesar de que , por aquel entonces , no se tuviera ni la menor idea de que era la vitamina C la causante de su curación .
Esta debilitadora enfermedad era en aquellos tiempos muy corriente entre todos los hombres de mar , que se veían obligados a subsistir meses a base de una dieta desprovista de frutas y verduras frescas . Dicho régimen alimenticio carecía totalmente de vitamina C , provocando con frecuencia una elevada incidencia de la enfermedad , y que los viajes largos, incluso la muerte.
Se probaron numerosos métodos curativos , que fueron rechazándose hasta descubrir que la clave se hallaba en los cítricos. Algunos médicos y especialistas atribuían el escorbuto al cambio de aire o a la falta de ejercicio , e incluso cuando se reconoció a los cítricos como forma de curación ,se siguió creyendo que los que hacia el milagro era su acidez .
Esto llevó a que algunos médicos recomendasen el vinagre o el acido sulfúrico como remedio , con resultados comprensiblemente desastrosos.
En 1753 el doctor James Lind escribió un voluminoso tratado sobre la enfermedad , A Treatise of Scurvy , y poco después , todos los barcos de la Armada inglesa recibieron la orden de llevar limones y verduras frescas en sus despensas. Los resultados fueron espectaculares , pasando de 1754 casos de escorbuto en el hospital naval de Haslar en el año 1760 , a sólo uno en el año 1806 .
Pero a pesar de esta obra precursora , la vitamina C no se reconoció oficialmente hasta 1928 , fecha en que Gyorgyi consiguió aislarla , y no se fabricó químicamente hasta 1933, año en que por fin se averiguó su fórmula estructural.
CAROL HUNTER
Continuara
Conde Yndiano de Ballabriga
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